viernes, 11 de marzo de 2011

Olfato

"OLFATO"
El olfato es el más sensible de los sentidos, ya que unas cuantas moléculas es decir, una mínima cantidad de materia bastan para estimular una célula olfativa. Detectamos hasta diez mil olores, pero como las estructuras olfativas, al igual que el resto de nuestro cuerpo, se deterioran con la edad, los niños suelen distinguir más olores que los adultos. Además de advertirnos de peligros como el humo y los gases tóxicos o venenosos, el olfato contribuye con el gusto, estimulando el apetito y las secreciones digestivas. La nariz es el órgano por el cual penetran todos los olores que sentimos desde el exterior. Es un cuerpo saliente del rostro, ubicado entre la boca y la frente, por debajo de la cavidad craneana.

El olfato está relegado al fondo y a lo alto de la nariz, cuyo interior está constituido por dos cavidades, las fosas nasales, separadas por un tabique. Cada fosa se divide en dos partes: la anterior o vestíbulo, cubierta por una membrana mucosa llamada epitelio olfativo, y la posterior, recubierta por la mucosa nasal, que es donde se encuentran los receptores olfativos que nos permiten captar los distintos olores. Cada célula receptora termina en pequeños pelitos, desde seis a 20, llamados cilios. Estos están conectados a columnas de células que sirven de soporte a los receptores del olfato.
 En la parte superior de la cavidad nasal existe la llamada mucosa olfatoria, que recubre una parte del tabique nasal y los cornetes superiores. Allí es donde se hallan embebidas las neuronas capaces de percibir los olores, que tienen sus terminaciones o dendritas hacia abajo, entremezcladas con otras células de soporte. Éstas son las encargadas de secretar un moco que es el que captura las moléculas. Los axones de las neuronas se dirigen hacia arriba, atravesando el hueso y reuniéndose hasta llegar al bulbo olfatorio. Éste es una especie de membrana que recoge las impresiones y las conduce hacía el nervio olfatorio. De allí pasan a la corteza cerebral, donde son interpretadas.
El olfato tiene una sensibilidad extraordinaria, ya que se precisa poca concentración de sustancias olorosas por cada litro de aire para poder percibir la sensación. Por otra parte, las personas pueden distinguir entre unos 3.000 olores distintos. Esto hace que el olfato sea un sentido previo al gusto, ya que nos da indicaciones sobre si un alimento es comestible, y además es complementario, ya que el gusto de los alimentos es una combinación de sensaciones olfativas y de las papilas gustativas. Cuando percibimos un olor durante un período muy largo de tiempo, se produce una fatiga del sentido del olfato, y la sensación se hace menos intensa y puede llegar a desaparecer. Ello sucede tanto con los olores agradables como con los desagradables.
El olfato está localizado en las fosas nasales, dos cavidades situadas en el interior de la cara. Las fosas nasales se abren al exterior por los orificios nasales, y comunican por detrás con la faringe; ambas fosas nasales están separadas entre sí  por un tabique nasal.  

Los quimiorreceptores del olfato

Los quimiorreceptores que componen el sentido del olfato se especializan en la captación de sustancias químicas volátiles transportadas por el aire. La cantidad de quimiorreceptores que un animal posee en la mucosa olfatoria es un índice de su sensibilidad olfativa. El olor produce acostumbramiento, es decir, al cabo de cierto tiempo de percibir cierto olor dejamos de detectarlo, ya que los receptores se impregnan de esa sustancia y se saturan, por lo que dejan de enviar la señal al encéfalo. Los quimiorreceptores, denominados también células de Schultze, son neuronas bipolares cuyas dendritas terminan en cilias que se orientan hacia la cavidad nasal. Los axones de las células de Schultze constituyen las fibras nerviosas que atraviesan la lamina cribosa del etmoides y confluyen en los bulbos olfatorios (uno para cada fosa nasal)

¿Cómo se produce el olfato y cuantas zonas tiene?

Las sustancias químicas ingresan por las fosas nasales, dos cavidades que se hallan dentro de la nariz, y cuyos techos están tapizados por la mucosa olfatoria o pituitaria, donde se localizan los quimiorreceptores. En la pituitaria se distinguen dos zonas de color y función diferentes:
El área respiratoria, de color rojizo debido a que esta profusamente irrigada. Su función es calentar el aire que se dirige a los bronquios,  el área olfatoria, de color amarillo debido a la presencia de células epiteliales de sostén. Su función es la recepción de estímulos químicos.
 Deterioro del sentido del olfato:
El padecer pérdida en el sentido del olfato puede ser señal de otras serias condiciones de salud. Personas que experimentan desordenes del olfato pierden la habilidad de oler o perciben los olores de diferente forma.
Como una pérdida del sentido del olfato algunas personas tienen hiposmia, es cuando el sentido del olfato se ve disminuido. Y la anosmia, es cuando no se pueden percibir olores en lo más mínimo. Como resultado de la percepción de los olores, algunas personas notan que olores familiares están distorsionados, u olores que normalmente eran agradables se han vuelto desagradables y en algunos casos las personas perciben olores que no están presentes.
Causas

·         Los desórdenes del olfato pueden tener muchas causas. La mayoría de las personas que desarrollan está condición han tenido alguna enfermedad o lesión, que son los desencadenantes de infecciones respiratorias superiores y daños en la cabeza.
·         Algunas causas pueden ser pólipos en las cavidades nasales, sinusitis, desórdenes hormonales, o problemas dentales.
·         Exposición a ciertos químicos como insecticidas y solventes, y algunos medicamentos.
·         Personas con cáncer de cuello o en la cabeza, que reciben tratamientos de radiación también pueden experimentar problemas con el sentido del olfato.

Enfermedades que afectan al sentido del olfato:

Rinitis: Se denomina Rinitis a la inflamación de la mucosa nasal. Ataca tanto a adultos como a niños. Produce congestión, insuficiencia respiratoria nasal, picazón nasal, rinorrea y en algunos casos estornudos. En los niños, según la intensidad de sus síntomas puede disminuir la concentración, causar irritabilidad y trastornos del sueño. Entre los factores predisponentes (aquellos que no causan la rinitis pero favorecen la acción de los agentes causales) se encuentran el frío o calor extremo, la humedad en exceso y un bajo porcentaje de humedad, cambios de temperatura, cambios estaciónales.
Alérgica: Los síntomas se desencadenan ante la presencia de un alérgeno (agente productor de la alergia). No sólo los alérgenos inhalatorios pueden producirla, también los que se encuentran en los alimentos y medicamentos.
Los signos clásicos de la presencia de esta enfermedad son:
  • la característica arruga nasal horizontal en los niños producida por la tendencia reiterada a restregarse la misma con la palma de la muñeca de abajo hacia arriba. 
  • un pliegue profundo en la bolsa de los ojos. 
  •  mucosa nasal edematizada y pálida (no está pálida en las infecciosas, por el contrario está rubeótica). 
  •  rinorrea clara a modo de clara de huevo, son fuertemente indicativos de rinitis alérgica. 
  • estornudos e identificación de uno o varios alérgenos.
Sinusitis: La sinusitis es la inflamación de la mucosa de los senos paranasales.  Los senos paranasales, son cavidades que contienen aire y están revestidas por mucosa de tipo respiratorio. Existen, cuatro pares de senos: frontales, etmoidales, maxilares  y esfenoidales. Todos están comunicados con las fosas nasales a través de conductos u orificios. La enfermedad puede ser causada por cualquier afección que altere el normal drenaje de secreción mucosa desde los senos paranasales hacia la fosa nasal es capaz de producir una sinusitis, en la medida que esa secreción estancada se infecta e infecta a la mucosa que la produce. Síntomas de la enfermedad:
Sinusitis aguda: Presenta abundante secreción de mocomolestias oculares, nasales, cefalea a nivel de la unión de la frente con la nariz. La fiebre es rara, pero puede presentarse.
Sinusitis Crónica: Son pacientes que en general han padecido de cuadros agudos a repetición. Sus síntomas suelen ser:
  • Congestión nasal crónica con insuficiencia respiratoria nasal todo el día (de día y de noche)
  • Cefalea 
  •    mal aliento (expresado por los allegados, el paciente no lo siente) 
  •     hiposmia / anosmia (disminución / anulación del olfato).
Bibliografía
Guyton, A. C. y Hall, J. E. 2008.  Tratado de fisiología médica 11º ed. Madrid, Elsevier.
Universidad Autónoma de Barcelona, Facultad de Psicología; extraído del temario de Psicología Fisiológica.

El Olfato y el Sistema Olfativo:
http://web.sfn.org/content/Publications/BrainBriefings/smell.html.

Garrison/Loredo 1996.Antologia de psicologia. Capitulo 2.
Mc. Graw Hill México Pág. 19-27.

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