martes, 15 de marzo de 2011

Gusto

Gusto
El gusto es función de las papilas gustativas en la boca; su importancia depende de que permita seleccionar los alimentos y bebidas según los deseos de la persona y también según las necesidades nutritivas.
En el ser humano uno de los receptores que perciben las sustancias químicas del medio externo son las papilas gustativas, localizadas principalmente en la lengua. Las sustancias químicas pueden actuar como estímulos y provocar respuestas en el organismo. Estos estímulos son captados por órganos específicos que generan señales nerviosas las cuales son conducidas hasta los centros nerviosos donde son transformados en sensaciones.
El gusto actúa por contacto de sustancias químicas solubles con la lengua. El principal órgano del gusto es la lengua. Esta constituida por músculos que le permiten realizar variados movimientos, y recubierta por una mucosa. La lengua como quimiorreceptor es un órgano musculoso, fijo por su base al piso de la boca y con la punta libre, puede realizar varios movimientos y es humedecida constantemente por la saliva. La cara superior de la lengua aloja unos receptores, que se presentan como pequeñas estructuras abultadas llamadas papilas gustativas.
Las Papilas Gustativas: constituyen las unidades gustativas y están situadas en la mucosa y cada una consta de un grupo de células sensitivas en forma de barril conectadas a las neuronas. Las papilas son formaciones epiteliales compuestas por células receptoras o botones gustativos, sensibles a las sustancias químicas disueltas en la saliva secretadas por las glándulas salivales. Por su forma las papilas se clasifican en caliciformes, fungiformes, coroliformes y foliadas. Las coroliformes en forma de corola de numerosos picos, son táctiles y térmicas, mientras que las caliciformes y fungiformes, poseen forma de cáliz y de hongo, respectivamente, y albergan los botones gustativos que tienen forma de botella y emergen de la membrana vítrea, ubicada debajo de la mucosa. El cuello del botón aparece en la superficie libre de mucosa por un orificio del que surgen las papilas gustativas. En torno a los botones gustativos existen ramificaciones de los nervios glosofaríngeo y lingual; transmite los estímulos, que así llegan a la médula. En un adulto pueden llegar a haber 9.000 botones gustativos distribuidos principalmente en la punta, los lados y la base de la lengua. Las papilas se especializan en cuatro sensaciones o gustos básicos: dulce, salado, acido y amargo .
La punta es muy sensible a las sustancias dulces y saladas; los lados, a las ácidas, y el sector posterior a las amargas. La sensación del sabor es producida por distintos grados de combinaciones de las impresiones o efectos básicos. El ser humano es capaz de percibir un abanico amplio de sabores como respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos textura, temperatura, olor y gusto.
Las principales son las papilas caliciformes que son las más grandes y menos numerosas situadas en la parte posterior cerca de la base de la lengua formando una “V lingual”, las fungiformes tiene forma de hongo, se encuentran en la cara dorsal de la lengua especialmente en los bordes y en la punta, su color rojizo es debido a la multitud de vasos sanguíneos, son algo visibles, que mediante unos órganos microscópicos denominados botones perciben los sabores ácidos, dulces y salados; y las papilas filiformes que tienen forma de pequeñas agujas y están repartidas en toda la superficie de la lengua dispuestas en series paralelas y coraliformes, que son sensibles al tacto y a las temperaturas. Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la boca y penetran en las papilas gustativas a través de los poros de la superficie de la lengua, donde entran en contacto con células sensoriales. Luego de una exposición prolongada a determinado sabor, las papilas gustativas se saturan, y dejan de mandar información, por lo cual, al cabo de un tiempo determinado se deja de percibir el sabor.

Traduccion acida:

La transducción ácida se inicia con el aumento de H+, lo cual provoca un aumento de la conductancia de Na+ y disminución de la concentración de K+, paso seguido de esto, se lleva a cabo la despolarización de la célula gustativa, se propicia la secreción de el neurotransmisor por la célula gustativa, finalmente el resultado es la excitación de la fibra nerviosa eferente gustativa.

Transducción del sabor Salado:
NaCl + receptor (canal de Na), se abre, entra Na+ a la célula hay una depolarización de la membrana entoces entra Ca++ vesículas sinápticas salen y hay transmisión del impulso nervioso.

-El canal de Na+ es sensible a la amilorida, ella lo bloquea, no dejando que el canal se abra, por lo que no hay gustación del sabor salado ni amargo. El sabor salado se debe al catión sodio. Las células gustativas sensibles a este ión poseen en sus membranas canales iónicos. Cuando los cationes sodio entran en contacto con la membrana celular atraviesan estos canales y entran en las células gustativas. La acumulación de estos iones en el interior de las células provoca una despolarización de sus membranas y se genera así el impulso nervioso. Las moléculas que provocan estímulos dulces, cuando entran en contacto con las membranas de células gustativas en las microvellosidades, se unen con receptores. Estos son proteínas encajadas en la membrana, que interaccionan con mayor o menos intensidad con las moléculas “dulces”. Como resultado de esta interacción se activa el receptor, lo que desencadena una cascada de efectos dentro de las células que, finalmente, acaban generando el impulso nervioso.
Transducción del sabor Dulce:
Sucrosa (estímulo) + receptor del sabor dulce asociado a proteína G (alfa-gudocina) da como resultado adenililciclasa  y el ATP en AMPc, a través de una Proteína Kinasa A. --- depolarización de mb. Por fosforilación de canales de Ca++ este entra a vesículas sinápticas salen y producen la  transmisión del impulso nervioso. Y hay una  apertura de canales de K+.
           

 
Órganos que componen el sentido del gusto:
Boca, orificio presente en la mayoría de los animales, a través del cual se ingiere el alimento y se emiten sonidos para comunicarse. La boca está formada por dos cavidades: la cavidad bucal, entre los labios y mejillas y el frontal de los dientes, y la cavidad oral, entre la parte interior de los dientes y la faringe. Las glándulas salivares parótidas vierten en la cavidad bucal y las demás glándulas salivares en la cavidad oral. El paladar de la cavidad oral es de hueso, es duro en la parte frontal y fibroso y más blando en la parte posterior. El cielo de la boca termina por detrás, a la altura de la faringe, en varios pliegues sueltos y membranosos. Glándulas salivares, glándulas que segregan saliva. La saliva es un líquido ligeramente alcalino que humedece la boca, ablanda la comida y contribuye a realizar la digestión. Las glándulas submaxilares son las más grandes, están localizadas debajo de la mandíbula inferior y desembocan en el interior de la cavidad bucal; las glándulas sublinguales se encuentran debajo de la lengua, y las parótidas están colocadas frente a cada oído. Las glándulas bucales también segregan saliva y están en las mejillas, cerca de la parte frontal de la boca. La saliva de la glándula parótida contiene enzimas llamadas amilasas, una de las cuales, conocida como ptialina, participa en la digestión de los hidratos de carbono. Las glándulas salivares de los seres humanos, en especial la parótida, se ven afectadas por una enfermedad infecciosa específica, las llamadas paperas. Lengua, órgano musculoso de la boca, asiento principal del gusto y parte importante en la fonación y en la masticación y deglución de los alimentos. La lengua está cubierta por una membrana mucosa, y se extiende desde el hueso hioides en la parte posterior de la boca hacia los labios. La cara superior, los lados y la parte anterior de la cara inferior son libres.
Alteraciones o enfermedades del sentido del gusto
La pérdida del sentido del gusto (ageusia) es un desorden quimiosensoria. La capacidad disminuida para saborear sustancias dulces, agrias, amargas o saladas se denomina hipogeusia.
En otros desórdenes de los quimiosentidos, los olores, gustos o sabores pueden ser malinterpretados o distorsionados, provocando que una persona detecte un olor o gusto desagradable procedente de algo que normalmente es agradable al gusto o el olfato. Las anormalidades del sentido del gusto y el olfato pueden acompañar o indicar la existencia de enfermedades o condiciones tales como:
·         Obesidad.
·         Diabetes.
·         Hipertensión.
·         Mala nutrición.
·         Enfermedades degenerativas del sistema nervioso tales como:
·         La enfermedad de Parkinson.
·         La enfermedad de Alzheimer.
Causas de los desordenes en el sentido del gusto.
Aunque algunas personas nacen con desórdenes quimiosensoriales, la mayoría están causados por lo siguiente:
·         Enfermedad (por ejemplo, infección de las vías respiratorias altas, infección sinusal).
·         Lesión en la cabeza.
·         Trastornos hormonales.
·         Problemas odontológicos.
·         Exposición a ciertos químicos.
·         Ciertos medicamentos.
·         Exposición a radioterapia para el cáncer en la cabeza o cuello.
Bibliografía
Pedro Zarur. Biología.  Editorial Plus Ultra, 13ª. Edición, Brasil, año 1995.
Guyton, A. C. y Hall, J. E. 2008.  Tratado de fisiología médica 11º ed. Madrid, Elsevier.

http://books.google.com.mx/books?id=OdkYwzh4800C&pg=PA156&dq=transducci%C3%B3n+acida+en+la+lengua&hl=es&ei=KRusS4XMApO1tgfDhcTEDw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=2&ved=0CC8Q6AEwAQ#v=onepage&q=&f=false


viernes, 11 de marzo de 2011

Visión

VISIÓN

El ojo es el órgano del sentido de la vista. Su constitución le capacita para captar y transmitir ondas electromagnéticas, pero es interesante conocer que sólo puede captar una selección dentro del amplio campo de estas ondas. Estas ondas captables  por nuestro ojo son aquellas situadas entre los rayos ultravioletas y los infrarrojos. Además de estas longitudes de onda que se captan como colores, poseemos en la vista un órgano capaz de captar la intensidad. Gracias a él podemos recibir todos los grados de intensidad comprendidos entre la oscuridad completa y la luz solar más brillante. De la misma manera, el ojo se acomoda y adapta también a las distintas intensidades lumínicas. Gracias a esta adaptación no percibimos la diferencia entre un día nublado y otro brillante con la intensidad en cierto modo brutal que se da en la realidad a pesar de que nuestro ojo es un órgano muy sensible. La función ocular responde a una disposición fisiológica que comprende entre otros dos elementos anatómicos: los bastones y los conos. Unos y otros son pequeños corpúsculos situados en la retina que captan los estímulos ópticos. Los bastones son los encargados de la luminosidad y los conos de los estímulos del color. Para tener una idea de la precisión de estos receptores diremos que cada retina posee 130 millones de bastones y 7 millones de conos.
Estos últimos se hallan colocados más bien hacia el centro de la retina, de modo que en los límites de ésta somos casi ciegos para los colores. Pero en cambio, en esta región distinguimos con mayor claridad las diversas intensidades lumínicas, lo cual es de importancia durante el crepúsculo. Cuando el ojo pasa bruscamente de una intensidad lumínica a otra muy distinta, necesita cierto tiempo para poder acomodarse, lo cual se llama tiempo de adaptación y es más o menos largo según la intensidad del cambio entre luz y oscuridad. Todos habremos experimentado alguna vez que si salimos de una habitación muy bien iluminada a una calle oscura, necesitamos algún tiempo hasta que nos podamos orientar en la oscuridad. Como ya hemos dicho, este espacio de tiempo se denomina tiempo de adaptación. El ojo se adapta entonces a la oscuridad o a la claridad repentina.
De alguna manera puede compararse el ojo a una cámara fotográfica. En efecto, igual que los rayos lumínicos pasan a través de la lente, en el ojo pasan a la retina a través de la pupila. Sin embargo, mientras que la cámara es un instrumento fijo, el ojo se adapta automáticamente a todas las necesidades.
El nervio óptico, o segundo nervio craneal, es el nervio sensitivo de la visión. Se origina en la retina. El centro visual está situado en la corteza del lóbulo occipital del cerebro. El globo ocular es el órgano de la visión. Está alojado en la cavidad ósea de la órbita, y está protegido por apéndices tales como los párpados, cejas, conjuntiva y aparato lagrimal.
Globo ocular: Se describe como una esfera, pero es oval, no circular. Tiene un diámetro aproximado de 25 mm, transparente por delante y compuesto por tres capas:
  1. Fibrosa externa, que es la capa de sostén.
  2. Media, vascular.
  3. Capa nerviosa interna.
Seis músculos mueven el ojo, cuatro rectos (que mueven el ojo arriba, abajo, a la izquierda y a la derecha) y dos oblicuos (que mueven el ojo hacia arriba y hacia afuera, y hacia abajo y afuera. Estos músculos están situados en el interior de la órbita y salen de las paredes óseas de la órbita para insertarse en la capa esclerótica del ojo por detrás de la córnea. Los movimientos oculares son combinados, y los nervios que inervan estos músculos son los motores oculares, o sea, los nervios craneales tercero, cuarto y sexto.
La esclerótica es la capa fibrosa externa. Forma la parte blanca del ojo y se continua por delante con una membrana en forma de ventana transparente, la córnea. La esclerótica protege las delicadas estructuras del ojo y contribuye a mantener la forma de globo ocular.
La coroides, o capa vascular media, contiene los vasos sanguíneos, que son ramificaciones de la arteria oftálmica, rama de la carótida interna. Esta capa vascular forma el iris, con la abertura central o pulila del ojo. La capa pigmentada situada por detrás del iris contribuye a su coloración y determina que el ojo sea azul, negro, pardo, gris, etc.
La retina, es la capa nerviosa interna del ojo y está compuesta de cierto número de capas de fibras, células nerviosas, bastoncillos y conos, que contribuyen a la constitución de la retina, que es un delicado tejido nervioso que conduce los impulsos nerviosos hasta el disco óptico, que es el punto donde el nervio óptico abandona el globo ocular. Este es el punto ciego, ya que no posee retina.



 

Células receptoras: Las células receptoras son los conos y los bastones. Los conos se relacionan con la visión en colores la visión diurna, y los bastones con la visión nocturna. Existen más de 100 millones de bastones en el ojo humano, y cerca de 4 millones de conos. Cada bastón se divide en un segmento externo y uno interno, el que a su vez posee una región nuclear y una región sináptica. En el segmento externo unos discos llamados discos contienen compuestos fotosensibles en sus membranas, que responden a la luz provocando una serie de reacciones que inician potenciales de acción.

Compuestos fotosensibles: Los compuestos fotosensibles en la mayoría de los animales así como en los humanos se componen de una proteína llamada opsina, y retineno-1 que es un aldehído de la Vitamina A1. La Rodopsina es el pigmentó fotosensible de los bastones, cuya opsina se llama escotopsina. La rodopsina capta luz con una sensibilidad máxima en los 505 nm de longitud de onda, esta luz incidente hace que la rodopsina cambie su conformación estructural, produciendo una cascada de reacciones que amplifican la señal, y crean un potencial de acción que se desplazará a través de las fibras nerviosas, y que el cerebro interpretará como luz. En los humanos hay tres tipos de conos, que responden con mayor intensidad a la luz con longitudes de onda de 440, 535 y 565 nm. Los tres tipos de conos poseen retineno-1, y una opsina que posee una estructura característica en cada tipo de cono. Luego mediante un proceso similar al de los bastones los impulsos nerviosos provenientes de la estimulación de estos receptores, llegan a la corteza visual, donde son interpretados como una amplia gama de colores y tonalidades, formas y movimiento.

Vías nerviosas: El nervio óptico se forma por la reunión de los axones de las células ganglionares. El nervio óptico sale cerca del polo posterior del ojo y se dirige hacia atrás y medialmente, para unirse en una estructura denominada quiasma óptico, en donde las fibras provenientes de las hemirretinas externas se mantienen en las cintillas ópticas correspondientes a su mismo lado, mientras que las fibras de las hemirretinas nasales, cruzan a la cintilla óptica del lado opuesto. Luego las cintillas ópticas se dirigen a los cuerpos  geniculados mediales (localizados en la cara posterior del tálamo), y se reúnen nuevamente en el haz geniculocalcarino, que se dirige hacia el lóbulo occipital de la corteza cerebral, para distribuirse en la región que rodea la cisura calcarina. En su recorrido estas fibras brindan pequeñas ramas, hacia el núcleo supraquiasmático del hipotálamo.Inversión de la imagen en la retina. Otro fenómeno importante del mecanismo de la visión consiste en el hecho de que veamos los objetos del derecho siendo así que en la retina aparecen invertidos.


Fundamento de las ilusiones ópticas: Las ilusiones ópticas han preocupado durante largo tiempo al mundo de la ciencia. Poco a poco se averiguó que en estos procesos actúa en primer lugar lo que podríamos llamar el principio de la forma. Esto quiere decir que en la percepción no se constatan ni observan nunca partes aisladas sino que siempre percibimos una totalidad que engloba a dichas partes. Por esta causa, lo particular adquiere un aspecto distinto según se acople a lo que le rodee o bien permanezca aislado. Un rectángulo siempre será percibido y experimentado por nosotros como rectángulo, sea cual sea su posición. De la misma manera reconoceremos un fragmento de círculo aunque variemos una y otra vez su posición en el plano. Los estímulos luminosos de la figura han suscitado la aparición de puntos diferentes en la pantalla retiniana. Sin embargo, a pesar de todo, se ha conservado la forma, es decir, el aspecto y la estructura del todo. Lo que ocurre es que nosotros no interpretamos las variaciones fundamentales del estímulo como una nueva figura, sino que los reconocemos como pertenecientes a la misma aunque en distinta posición. Así pues, todas las percepciones quedan englobadas en la totalidad de nuestra experiencia. Por esta causa, la forma del mundo exterior puede modificarse según los sentimientos, disposiciones y peculiaridades personales de cada individuo, de manera que la realidad no se nos presenta objetiva sino en relación con la experiencia individual del sujeto que la percibe.
Bibliografía
Gary A. Thibodeau y Kevin T. 1997. Anatomía y Fisiología de. Patton Editorial Harcourt Madrid Atlas del Hombre, Cuerpo, Mente, Salud.
http://webvision.med.utah.edu/spanish/anatomia.html

Olfato

"OLFATO"
El olfato es el más sensible de los sentidos, ya que unas cuantas moléculas es decir, una mínima cantidad de materia bastan para estimular una célula olfativa. Detectamos hasta diez mil olores, pero como las estructuras olfativas, al igual que el resto de nuestro cuerpo, se deterioran con la edad, los niños suelen distinguir más olores que los adultos. Además de advertirnos de peligros como el humo y los gases tóxicos o venenosos, el olfato contribuye con el gusto, estimulando el apetito y las secreciones digestivas. La nariz es el órgano por el cual penetran todos los olores que sentimos desde el exterior. Es un cuerpo saliente del rostro, ubicado entre la boca y la frente, por debajo de la cavidad craneana.

El olfato está relegado al fondo y a lo alto de la nariz, cuyo interior está constituido por dos cavidades, las fosas nasales, separadas por un tabique. Cada fosa se divide en dos partes: la anterior o vestíbulo, cubierta por una membrana mucosa llamada epitelio olfativo, y la posterior, recubierta por la mucosa nasal, que es donde se encuentran los receptores olfativos que nos permiten captar los distintos olores. Cada célula receptora termina en pequeños pelitos, desde seis a 20, llamados cilios. Estos están conectados a columnas de células que sirven de soporte a los receptores del olfato.
 En la parte superior de la cavidad nasal existe la llamada mucosa olfatoria, que recubre una parte del tabique nasal y los cornetes superiores. Allí es donde se hallan embebidas las neuronas capaces de percibir los olores, que tienen sus terminaciones o dendritas hacia abajo, entremezcladas con otras células de soporte. Éstas son las encargadas de secretar un moco que es el que captura las moléculas. Los axones de las neuronas se dirigen hacia arriba, atravesando el hueso y reuniéndose hasta llegar al bulbo olfatorio. Éste es una especie de membrana que recoge las impresiones y las conduce hacía el nervio olfatorio. De allí pasan a la corteza cerebral, donde son interpretadas.
El olfato tiene una sensibilidad extraordinaria, ya que se precisa poca concentración de sustancias olorosas por cada litro de aire para poder percibir la sensación. Por otra parte, las personas pueden distinguir entre unos 3.000 olores distintos. Esto hace que el olfato sea un sentido previo al gusto, ya que nos da indicaciones sobre si un alimento es comestible, y además es complementario, ya que el gusto de los alimentos es una combinación de sensaciones olfativas y de las papilas gustativas. Cuando percibimos un olor durante un período muy largo de tiempo, se produce una fatiga del sentido del olfato, y la sensación se hace menos intensa y puede llegar a desaparecer. Ello sucede tanto con los olores agradables como con los desagradables.
El olfato está localizado en las fosas nasales, dos cavidades situadas en el interior de la cara. Las fosas nasales se abren al exterior por los orificios nasales, y comunican por detrás con la faringe; ambas fosas nasales están separadas entre sí  por un tabique nasal.  

Los quimiorreceptores del olfato

Los quimiorreceptores que componen el sentido del olfato se especializan en la captación de sustancias químicas volátiles transportadas por el aire. La cantidad de quimiorreceptores que un animal posee en la mucosa olfatoria es un índice de su sensibilidad olfativa. El olor produce acostumbramiento, es decir, al cabo de cierto tiempo de percibir cierto olor dejamos de detectarlo, ya que los receptores se impregnan de esa sustancia y se saturan, por lo que dejan de enviar la señal al encéfalo. Los quimiorreceptores, denominados también células de Schultze, son neuronas bipolares cuyas dendritas terminan en cilias que se orientan hacia la cavidad nasal. Los axones de las células de Schultze constituyen las fibras nerviosas que atraviesan la lamina cribosa del etmoides y confluyen en los bulbos olfatorios (uno para cada fosa nasal)

¿Cómo se produce el olfato y cuantas zonas tiene?

Las sustancias químicas ingresan por las fosas nasales, dos cavidades que se hallan dentro de la nariz, y cuyos techos están tapizados por la mucosa olfatoria o pituitaria, donde se localizan los quimiorreceptores. En la pituitaria se distinguen dos zonas de color y función diferentes:
El área respiratoria, de color rojizo debido a que esta profusamente irrigada. Su función es calentar el aire que se dirige a los bronquios,  el área olfatoria, de color amarillo debido a la presencia de células epiteliales de sostén. Su función es la recepción de estímulos químicos.
 Deterioro del sentido del olfato:
El padecer pérdida en el sentido del olfato puede ser señal de otras serias condiciones de salud. Personas que experimentan desordenes del olfato pierden la habilidad de oler o perciben los olores de diferente forma.
Como una pérdida del sentido del olfato algunas personas tienen hiposmia, es cuando el sentido del olfato se ve disminuido. Y la anosmia, es cuando no se pueden percibir olores en lo más mínimo. Como resultado de la percepción de los olores, algunas personas notan que olores familiares están distorsionados, u olores que normalmente eran agradables se han vuelto desagradables y en algunos casos las personas perciben olores que no están presentes.
Causas

·         Los desórdenes del olfato pueden tener muchas causas. La mayoría de las personas que desarrollan está condición han tenido alguna enfermedad o lesión, que son los desencadenantes de infecciones respiratorias superiores y daños en la cabeza.
·         Algunas causas pueden ser pólipos en las cavidades nasales, sinusitis, desórdenes hormonales, o problemas dentales.
·         Exposición a ciertos químicos como insecticidas y solventes, y algunos medicamentos.
·         Personas con cáncer de cuello o en la cabeza, que reciben tratamientos de radiación también pueden experimentar problemas con el sentido del olfato.

Enfermedades que afectan al sentido del olfato:

Rinitis: Se denomina Rinitis a la inflamación de la mucosa nasal. Ataca tanto a adultos como a niños. Produce congestión, insuficiencia respiratoria nasal, picazón nasal, rinorrea y en algunos casos estornudos. En los niños, según la intensidad de sus síntomas puede disminuir la concentración, causar irritabilidad y trastornos del sueño. Entre los factores predisponentes (aquellos que no causan la rinitis pero favorecen la acción de los agentes causales) se encuentran el frío o calor extremo, la humedad en exceso y un bajo porcentaje de humedad, cambios de temperatura, cambios estaciónales.
Alérgica: Los síntomas se desencadenan ante la presencia de un alérgeno (agente productor de la alergia). No sólo los alérgenos inhalatorios pueden producirla, también los que se encuentran en los alimentos y medicamentos.
Los signos clásicos de la presencia de esta enfermedad son:
  • la característica arruga nasal horizontal en los niños producida por la tendencia reiterada a restregarse la misma con la palma de la muñeca de abajo hacia arriba. 
  • un pliegue profundo en la bolsa de los ojos. 
  •  mucosa nasal edematizada y pálida (no está pálida en las infecciosas, por el contrario está rubeótica). 
  •  rinorrea clara a modo de clara de huevo, son fuertemente indicativos de rinitis alérgica. 
  • estornudos e identificación de uno o varios alérgenos.
Sinusitis: La sinusitis es la inflamación de la mucosa de los senos paranasales.  Los senos paranasales, son cavidades que contienen aire y están revestidas por mucosa de tipo respiratorio. Existen, cuatro pares de senos: frontales, etmoidales, maxilares  y esfenoidales. Todos están comunicados con las fosas nasales a través de conductos u orificios. La enfermedad puede ser causada por cualquier afección que altere el normal drenaje de secreción mucosa desde los senos paranasales hacia la fosa nasal es capaz de producir una sinusitis, en la medida que esa secreción estancada se infecta e infecta a la mucosa que la produce. Síntomas de la enfermedad:
Sinusitis aguda: Presenta abundante secreción de mocomolestias oculares, nasales, cefalea a nivel de la unión de la frente con la nariz. La fiebre es rara, pero puede presentarse.
Sinusitis Crónica: Son pacientes que en general han padecido de cuadros agudos a repetición. Sus síntomas suelen ser:
  • Congestión nasal crónica con insuficiencia respiratoria nasal todo el día (de día y de noche)
  • Cefalea 
  •    mal aliento (expresado por los allegados, el paciente no lo siente) 
  •     hiposmia / anosmia (disminución / anulación del olfato).
Bibliografía
Guyton, A. C. y Hall, J. E. 2008.  Tratado de fisiología médica 11º ed. Madrid, Elsevier.
Universidad Autónoma de Barcelona, Facultad de Psicología; extraído del temario de Psicología Fisiológica.

El Olfato y el Sistema Olfativo:
http://web.sfn.org/content/Publications/BrainBriefings/smell.html.

Garrison/Loredo 1996.Antologia de psicologia. Capitulo 2.
Mc. Graw Hill México Pág. 19-27.

Transducción de señales

Transducción de señales
La transducción de señales a nivel celular se refiere al movimiento de señales desde fuera de la célula a su interior. El movimiento de señales puede ser simple, como el asociado a las moléculas del receptor de la acetilcolina: receptores que se constituyen en canales los cuales, luego de su interacción con el ligando, permiten que las señales pasen bajo la forma movimiento de iones al interior de la célula. Este movimiento de iones da lugar a cambios en el potencial eléctrico de las células que, a su vez, propaga la señal a lo largo de ésta. Una transducción de señal más compleja involucra el acoplamiento del ligando y su receptor a muchos eventos intracelulares. Estos eventos incluyen fosforilación por cinasas de tirosina y/o cinasas de serina/ treonina. Las fosforilación de las proteínas cambian sus actividades enzimáticas y las conformaciones de las proteínas. El resultado eventual es una alteración en actividad celular y cambia en el programa de los genes que se expresan dentro de las células.
Los receptores de transducción de señales son de tres clases generales:
1. Receptores que atraviesan la membrana de plasmática y tienen actividad enzimática intrínseca. Los receptores que tienen actividad enzimática intrínseca incluyen a aquellos que son cinasas de tirosina (ge. PDGF, insulina, los receptores de EGF y de FGF), fosfatasas de tirosina (ge. proteína CD45 de las células de T y de los macrófagos), guanilato ciclasas (ge. receptores del péptido natriurético) y cinasas de serina/ treonina (ge. activan y los receptores de TGF-β). Los receptores con actividad intrínseca de cinasas de tirosina son capaces del auto fosforilación así como de fosforilar a otros substratos. Además, varias familias de receptores carecen actividad enzimática intrínseca, sin embargo están asociados con cinasas de tirosina intracelulares mediante interacciones directas proteína-proteína (véase abajo).
2. Receptores que están asociados, dentro de la célula, a las proteínas G (que se unen e hidrolizan al GTP). Los receptores que interactúan con las proteínas-G tienen una estructura que se característica porque atraviesa la membrana celular 7 veces, por lo que estos receptores tienen 7 dominios transmembrana. Estos receptores se llaman receptores serpentina. Ejemplos de esta clase son los receptores adrenérgicos, receptores del olor, y ciertos receptores hormonas (ge. glucagón, angiotensina, vasopresina y bradicinina).
3. Receptores que están dentro de la célula y que luego de su unión con respectivo ligando migran al núcleo en donde el complejo ligante-receptor afectan directamente la trascripción de genes.

Los receptores celulares presentan en su estructura dos regiones o dominios funcionales bien diferenciados. Uno de reconocimiento o detección de los estímulos, que presenta una diversidad paralela a la de los estímulos, y otro dominio efector que pertenece a unos pocos tipos fundamentales, por lo que la secuencia de eventos que son capaces de iniciar son limitados.
En el extremo final de la cadena de transducción se encuentran las maquinarias celulares responsables de generar las respuestas. Cada tipo celular presenta maquinarias efectoras específicas, de tal forma que las señales generadas en la cascada de transducción de dos o más estímulos, aún siendo idénticos, activa en cada estirpe celular una respuesta distinta y que es definitoria del tipo celular. Por tanto, los rasgos fundamentales de una cascada de transducción en un sistema celular dado, tienen un carácter casi universal, porque los mismos eventos ocurren en gran variedad de sistemas celulares y frente a una gran diversidad de estímulos. Por lo tanto, la detección de estímulos y la respuesta a los mismos en todos los seres vivos, depende dentro de las células de las señales de transducción.
Las señales externas a la célula de diferente naturaleza físico-química producen una regulación de determinados genes en su núcleo celular, por medio de un conjunto de mecanismos que comprenden:
  1. La captación de las señales externas en la superficie celular mediante los receptores celulares.
  2. La generación y la transmisión intracelular de las señales por medio de interacciones proteína-proteína.
  3. La ejecución de la respuesta a través de una modificación de la actividad de los genes.

Señales extracelulares: En las señales de transducción normalmente están involucrados la unión de moléculas de señalización extracelulares o ligandos con los receptores celulares situados en la superficie externa de la membrana plásmatica y que desencadena los eventos hacia el interior de la célula. Estas sustancias de señalización externa se sitúan en un lugar del receptor  y provocan un cambio en la superficie o conformación espacial del mismo que ocurre cuando la molécula de señalización se une al receptor. Los receptores celulares responden típicamente a una sola molécula específica o ligando con la que tiene afinidad y las moléculas que son incluso sólo escasamente diferentes a los ligandos, no suelen tener efecto o actúan a lo más como inhibidores.

Señales intracelulares

A menudo, pero no siempre, los eventos intracelulares activados por las señales externas son considerados desde el punto de vista de transducción en sí mismo, el cual en sentido estricto se refiere sólo al paso que convierte la señal extracelular en señal intracelular.
Las moléculas de señalización intracelular en células eucariotas incluyen proteínas G heterotriméricas, pequeñas GTP-asas, nucleótidos cíclicos como AMP cíclico (AMPc) y GMP cíclico (GMPc), ion calcio, derivados fosfoinositoles como fosfatidilinosiltoltrifosfato (PIP3), diacilglicerol (DAG) e inositoltrifosfato (IP3) y varias proteínas quinasas y fosfatasas. Algunas de estas sustancias también se llaman segundos mensajeros.

Señales intercelulares: La comunicación intercelular está unida a señales extracelulares y esto ocurre en organismos complejos que están formados por muchas células. En el campo de la endocrinología que estudia la señalización intercelular en animales, la señalización intercelular está subdividida en los siguientes tipos:

  • Señales endocrinas: Las hormonas son producidas por células del sistema endocrino y circulan por el torrente sanguíneo hasta alcanzar todos los lugares del cuerpo. Es de respuesta lenta, inespecífica, larga duración y actúa a distancia.
  • Señales paracrinas: Sólo actúan sobre células diana que se encuentran en la vecindad de las células emisoras, como por ejemplo los neurotransmisores. respuesta local
  • Señales autocrinas: Afectan sólo a las células que son del mismo tipo celular como las células emisoras. Un ejemplo de señales autocrinas se encuentra en las células del sistema inmune.
  • Señales yuxtacrinas: Son transmitidas a lo largo de la membrana celular a través de proteínas o lípidos que integran la membrana celular y son capaces de afectar tanto a la célula emisora como a las células inmediatamente adyacentes.
Un principio de la transducción de señales es la amplificación de la señal. Por ejemplo la unión de una o de algunas moléculas neurotransmisoras puede activar la entrada de millones de iones en la neurona. La unión de una o varias hormonas puede inducir una reacción enzimática que afecta a muchas rutas metabólicas y a muchos sustratos. La amplificación puede ocurrir en muchos puntos de la ruta de la señal de transducción.
Un receptor que ha sido activado por una hormona puede activar muchas proteínas efectoras intracitoplasmáticas corriente abajo. Por ejemplo, una molécula de rodopsina, en la membrana plasmática de una célula de la retina del ojo, que ha sido activada por un fotón, puede activar hasta 2000 moléculas efectoras, en este caso transducina, por segundo. La fuerza total de la amplificación de la señal por un receptor está determinada por:
  1. La vida media del complejo hormona-receptor: El complejo hormona receptor más estable es el que menos probablemente se disocie en hormona y receptor; cuanto más tiempo el receptor permanezca activo, más proteínas efectoras pueden activarse.
  2. La acumulación y vida media del complejo proteína efectora y receptor. La mayoría de las proteínas efectoras están disponibles para ser activadas por el receptor y cuanto más rápido la proteína efectora activada pueda disociarse del receptor, más proteínas efectoras pueden ser activadas en el mismo período de tiempo.
  3. Desactivación del receptor activado: Un receptor que está ocupado por un complejo hormona-receptor puede ser desactivado, tanto por modificación covalente, por ejemplo fosforilación como por internalización por medio de ubiquitinas.
La señal de transducción intracelular está llevada a cabo en su mayor parte por moléculas de segundos mensajeros.
El calcio actúa como una molécula de señal dentro de la célula. Cuando el calcio es liberado y por lo tanto es activo, actúa en un espacio muy limitado de tiempo. Por lo tanto la concentración de ion calcio dentro de la célula es muy baja normalmente. El calcio está almacenado dentro de orgánulos, normalmente en el retículo endoplásmico o retículo sarcoplásmico en las células musculares, donde está rodeado de moléculas parecidas a la calreticulina.
  • El receptor InsP3 puede transportar calcio a través de la interacción con inositoltrifosfato en la cara citoplasmática. Está formado por cuatro subunidades idénticas.
  • El receptor rianodin, llamado así por el vegetal alcaloide rianodin, es similar al receptor del insP3 y estimula el transporte del calcio al interior del citoplasma por el reconocimiento del calcio en lugares citosólicos, de este modo se establece un mecanismo de retroalimentación, en el que una pequeña cantidad de calcio en el citosol cerca del receptor, puede provocar la liberación de más calcio. Esto es especialmente importante en neuronas y células musculares. En las células del corazón y del páncreas otro segundo mensajero, el ADP cíclico de ribosa, forma parte de la activación del receptor.
Bibliografía
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Principios de Bioquímica. Lehninger et al. 1993. Ed. Omega. Cap. De integración del metabolismo.

B. Alberts. Ed. Omega (1990). Biología Molecular de la Célula.pp. 650.

http://themedicalbiochemistrypage.org/spanish/signal-transduction-sp.html#intro.